EL GALLINERO PENITENCIARIO II: _EL CARRO DE LA COMPRA SE ENCARECE

Se dispara la comida: ¿Quién se lleva el dinero?

El alza de la cesta de la compra empieza a suscitar reacciones dramáticas. En España, la CNC ha decidido investigar a algunas industrias por sospechas de pactos de precios. También los hipermercados, siempre satanizados, están en el ojo del huracán. Pese a estas acusaciones, ni los unos ni los otros parecen haberse beneficiado con la estratosférica subida de las materias primas agrícolas, que han llegado a duplicar su precio en los últimos tres meses. Agricultores, países productores y traders de commodities serían los grandes beneficiarios de una situación que empieza a romper los bolsillos de las familias más modestas en Europa y amenaza con devolver al hambre a millones de personas en casi 40 países del mundo.
Negocios.com - 30-05-08
El alza de la cesta de la compra empieza a suscitar reacciones dramáticas. En España, la CNC ha decidido investigar a algunas industrias por sospechas de pactos de precios. También los hipermercados, siempre satanizados, están en el ojo del huracán. Pese a estas acusaciones, ni los unos ni los otros parecen haberse beneficiado con la estratosférica subida de las materias primas agrícolas, que han llegado a duplicar su precio en los últimos tres meses. Agricultores, países productores y traders de commodities serían los grandes beneficiarios de una situación que empieza a romper los bolsillos de las familias más modestas en Europa y amenaza con devolver al hambre a millones de personas en casi 40 países del mundo.
La formidable subida de los alimentos ha puesto a la gran distribución y a la industria alimentaria en el ojo del huracán. Preocupado por el fuerte impacto de los alimentos en el IPC, y sin saber muy bien qué hacer para frenarlo, el Gobierno ha optado por una de las soluciones más queridas de los políticos: disparar la escopeta hacia los “malos” de la película. En este caso, la industria alimentaria. Unos días antes de celebrarse las elecciones de marzo, la CNC (Comisión Nacional de Competencia) anunciaba una investigación de varios sectores de la industria de la alimentación, bajo el argumento de que podrían estar pactando precios. Todo un mensaje de signo electoral.
También el Parlamento Europeo alertó el pasado mes de febrero del posible abuso de poder de otro sector poderoso, el de los hipermercados, frente a sus proveedores y clientes. Tachadas de inútiles, propagandísticas y superficiales por los economistas, estas iniciativas fueron muy bien recibidas por la mayor parte de las organizaciones agrícolas y ganaderas, que suscribieron casi al cien por cien las sospechas del Gobierno (o de la CNC). Como era de esperar, levantaron la reacción airada de la industria a través de su patronal, FIAB. Tan airada, que su presidente, Jorge Jordana, no vaciló en llegar tan lejos como acusar a la CNC de “falta de independencia”.
Márgenes más bajos
Es posible que tenga razón. Evitar que los precios suban persiguiendo a los empresarios recuerda los estilos de actuación anti-inflación de Argentina o Venezuela, que acaban llevando al desabastecimiento. Sin embargo, si bien es posible que algunas de las 30.000 industrias de producción de alimentos que hay en España se hayan beneficiado de las subidas de los mismos, la realidad es que ésa no parece ser la tónica general. La industria, salvo excepciones como los primeros transformadores de algunos productos, no ha tenido la menor posibilidad de subir sus márgenes, que en general han bajado el año pasado.
La subida de los precios agrícolas –de las llamadas commodities– en los mercados de Chicago y Londres no le ha hecho bien a la industria. Ésta utiliza los productos agrícolas básicos –la leche, el trigo o los piensos, la carne, la cebada…– como input para la producción de artículos más elaborados. Y aunque esas materias primas suban, no les resulta nada fácil incrementar sus precios finales. “En parte porque la materia prima supone en muchos casos un porcentaje pequeño del coste de producción. Pero básicamente porque el mercado, la competencia entre empresas y las grandes superficies no lo permiten”, dicen en una de las patronales del sector.
El que las cosas han funcionado más o menos así es algo que se ve claramente en las cifras de pérdidas y ganancias de las empresas que cotizan en Bolsa. No fueron para echar cohetes. Han tenido que explicar unos resultados poco halagüeños por la… subida de los precios de los inputs de producción, las materias primas, y la imposibilidad de repercutirlos sobre el público.
Campofrío, que logró incrementar el año pasado sus ventas en un 11,9% , aumentó su beneficio de explotación apenas en un 2,3% . Y eso que, en su caso, la materia prima utilizada, la carne, apenas subió. Ebro Puleva, que también elevó sus ventas el año pasado en un 9,5% , registró una reducción de su beneficio de explotación del 1,6% . Algo parecido a lo que ocurrió con SOS Cuétara, donde califican 2007 como “un año muy marcado por el entorno desfavorable de subida de materias primas”.
Todas estas empresas han tenido dificultades para repercutir las elevaciones de precios de sus inputs al consumidor. Aún así, muestran en general un comportamiento en Bolsa ligeramente mejor que el Ibex, lo que permite intuir que acabarán beneficiándose de los precios de las materias primas. “Es posible que estén pensando –explica un analista– en que los precios de las commodities acaben por bajar, lo que elevaría sus márgenes. Ya se sabe que los precios finales, una vez que suben, no bajan”. Recientemente, la organización de consumidores Facua denunció que las importantes bajadas del precio de la leche en origen, denunciadas por los ganaderos, “no se han trasladado a los agricultores”.
En España suben menos
Otra señal de que los costes de las materias primas se han repercutido sólo parcialmente en el precio de los artículos finales es que en realidad las subidas de precios en el IPC han sido bastante inferiores a las alzas registradas en los mercados internacionales, especialmente el de Chicago o el de Londres. Por ejemplo, entre marzo de 2007 y marzo de 2008, la leche subió en España un 27,3% , el pan un 11,2% , los productos lácteos el 10,7% , la carne de vacuno el 5,2% . A excepción de la leche, las demás subidas son escasas en comparación con las de las cotizaciones internacionales. A lo largo de 2007, los precios mundiales del trigo subieron un 32,8% y los del maíz un 33,6% .
Incluso más asombroso es lo ocurrido en el primer trimestre de este año. Pese a que las materias primas se disparaban, los precios de los productos finales en España reducían su ritmo de encarecimiento. En los tres primeros meses de 2008, el trigo subía en los mercados internacionales un 72,5% , el maíz un 43,6% , el arroz un 80,1% , la soja un 56,5% y el girasol un 93,5% . Pese a estos incrementos de las commodities, en España, en marzo, los cereales y derivados subían sólo el 8,7% . El pan, un 11,2% , por debajo del 13% de enero; los huevos, un 10,5% , por debajo del 12,5% de enero; la leche, un 27,3% , por debajo del 29,9% de enero, y la carne de ave y vacuno reducía también su ritmo de subida con respecto a enero.En el sector se considera que esto ha sido así porque, además de que la materia prima es sólo una parte del coste final, las industrias se han visto frenadas por las grandes superficies. “No nos permiten subidas”, explican en una empresa del sector. Lo curioso es que, con su actitud, los hipermercados desatan una cadena de restricciones que acaba afectando a los propios productores. Algunos expertos de la industria están convencidos de que la presión a la baja de los híper ha provocado que parte de los agricultores hayan estado percibiendo, pese a las cotizaciones internacionales, precios inferiores a los que éstos deberían recibir de acuerdo con esas cotizaciones.
Algunas organizaciones agrícolas se han quejado de que no han visto esos precios fabulosos a la hora de vender su producto y han acusado a la industria de quedarse con la diferencia. Pero lo de pagar por debajo de las cotizaciones sólo es posible en algunos sectores. Depende de si el producto no es fácilmente importable, es perecedero o de si la industria tiene una posición de oligopolio sobre los agricultores. Hecho que se da en los lácteos, pero no en otros sectores. En la industria de cereales, un mercado mundial sin fronteras, en el que resulta fácil importar, exportar y transportar y no se plantean problemas especiales de conservación, los agricultores españoles pueden exigir los precios del momento.