DE CÓMO ZAPATERO DESAUTORIZA A SOLBES Y ÉSTE NO PARECE INMUTARSE
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OJO AVISOR
Carmen Tomás
De cómo Zapatero desautoriza a Solbes y éste no parece inmutarse
El presidente volvió este fin de semana a desautorizar públicamente a su vicepresidente económico. Solbes dice que no hay margen tras los 400 euros y ZP insiste en que cumplirá las promesas.
OJO AVISOR
Carmen Tomás
De cómo Zapatero desautoriza a Solbes y éste no parece inmutarse
El presidente volvió este fin de semana a desautorizar públicamente a su vicepresidente económico. Solbes dice que no hay margen tras los 400 euros y ZP insiste en que cumplirá las promesas.
El inexistente apoyo que el presidente del Gobierno mostró por su vicepresidente económico durante toda la pasada legislatura lleva camino de continuar durante la presente. Una no deja de preguntarse cómo es posible que Rodríguez Zapatero no haya nunca apoyado en público a su responsable del área de economía. En su detrimento, apoyó las iniciciativas que le presentaba desde el jefe de la oficina de La Moncloa hasta el ministro de Trabajo pasando casi por cualquiera.
Hay muchos exponentes de esta actitud de ZP para con Solbes. Se cuentan por decenas las veces que quedó desautorizado ante cualquier propuesta de cualquier compañero de gabinete y más si tenía que ver con el incremento del gasto. En toda la democracia, no se encuentra un caso como el de ZP y Solbes; un caso en que el presidente del Gobierno no apoyara continuamente, en todo momento, a su jefe económico. Por encima de todo y de todos, el ministro de Economía ha recibido siempre el apoyo del presidente y más si se trataba de hacer frente al "comando del gasto".
Recuerdo que antes de las elecciones y sorprendentemente, Zapatero a pesar de todos los episodios de desautorización vividos por Solbes, logró convencerle para que repitiera como ministro de Economía. Ya se veía venir la crisis, digan lo que digan ahora, y Zapatero necesitaba transmitir que la repetición de Solbes al frente del Ministeriode Economía era una garantía para solucionar los problemas.
Son muchos los que a lo largo de este tiempo han creido que Solbes era sinónimo de solvencia y que si se quedaba las cosas no llegarían a donde han llegado o se conseguirían solucionar. Pero, el ministro no sólo se sumó a las mentiras del Gobierno antes de las elecciones sino que lo ha seguido haciendo. Lo hizo en el debate con Manuel Pizarro y lo ha hecho después en las entrevistas y manifestaciones que le hemos escuchado o leídoen las últimas semanas.
A pesar de la que está cayendo, Solbes ha seguido negando la gravedad de la crisis y se ha sumado al coro de sus compañeros que sin ruborizarse le contaban a los españoles que de crisis nada que una pequeña desaceleración que además se solucionaría pronto y que no sería tan dolorosa como algunos antipatriotas se empeñaban en poner encima de la mesa.
Hace unos días nos sorprendió Solbes. Tampoco mucho. No hay que exagerar. Pero, en fin, reconoció que la desaceleración era más rápida y gruesa de lo que habían pensado y que con la medida de los 400 euros ya no había más margen de maniobra. Es decir que el colchón al que tantas veces han apelado como suficiente para salvarnos, estaba en entredicho y no daba para más. Está claro que Solbes descontaba ya en esa intervención los datos que su secretario de estado de Hacienda hacía públicos el martes.
Según esos datos, a finales de abril el superávit del Estado apenas llegaba a los 8.900 millones de euros, un 50 por ciento menos que en el mismo mes del año pasado. Incluso Ocaña dijo que de seguir así las cosas había que empezar a pensar en equilibrio de ingresos y gastos, es decir cero superávit, para final de año. O sea que el colchón no llegaba ni a colcheneta.
Bien, pues antes de que conocieramos estos datos. Concretamente el fin de semana y desde el pueblo de su abuelo, el presidente del Gobierno, volvía a desautorizar a Solbes. El presidente aseguró que se van a cumplir las promesas electorales y que se va a dedicar lo prometido a becas, dependencia o pensiones. El vicepresidente económico quedaba de nuevo con el culo al aire. Aparentemente no le ha importado, porque ahí sigue, en su puesto. Pero, es grave que en la situación económica que vivimos tengamos un presidente absolutamente irresponsable y a un ministro de economía que está dispuesto a tragar con todo lo que se le ocurra al jefe, aunque ponga en más peligro aún del que ya padece a la economía española, a las familias y a las empresas.
El aireado colchón se acabó y todo lo que se gaste desde ya será déficit, que habrá que pagar y sobre todo serán recursos que se detraerán para la actividad de las empresas, para aumentar la actividad y por tanto mejor para el empleo. Las cuentas públicas entrarán en crisis. Al presidente no le importa, al vicepresidente parece que tampoco. Pero les aseguro que lo sentiremos todos. Quizás no mañana, ni pasado, pero más pronto que tarde nos daremos cuenta de cuánto nos han mentido y a donde nos va a llevar el precioso tiempo perdido.
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