PUNTO DE MIRA: DE VIUDOS Y VIUDAS
EN primer lugar, decirles que los camastrones de la administración, así en general, no se merecen que uno les dé ni una idea: por un escrito mío en este periódico, fue suprimida la doble cotización de los médicos «titulares» (un robo a mano desarmada), y ni me dieron las gracias. Lo que pasa es que a uno le encanta sacarles los colores a los mentados camastrones, ésos que ahora se dan cuenta (ya era hora), de que los dineros públicos, las pensiones y todo eso, necesitan un poquito de racionalidad, al menos. O sea, que vamos a los colores.
No me gustaría nada, lo que se dice nada, que mi mujer se quedara viuda excesivamente pronto. Del mismo modo que no me gustaría nada, lo que se dice nada, que sucediera al revés. Pues bien, en el primer caso, a los pocos días de mi entierro, a mi viuda le llegaría a casa una tarjeta de la Seguridad Social, con la que tendría derecho no sólo a la atención sanitaria en el sistema público, sino a la gratuidad de los medicamentos (conozco más de un caso, claro). Sin embargo, en el caso contrario no sucedería lo mismo. ¿Que cómo puede ser eso? Muy sencillo: porque yo pertenezco al régimen de la Seguridad Social y mi santa es de MUFACE, la mutualidad de los funcionarios civiles, y no hay reciprocidad a este respecto. En resumen, que sin comerlo ni beberlo, mi mujer, que ya tiene su seguro médico, comenzaría a ser beneficiaria de otro. Uno entiende que a la viuda le quede la pensión del marido (toda o parte, según), pero ¿a cuento de qué 'regalarle' la asistencia sanitaria pública si ya tiene la suya propia? Alguno dirá que eso es el chocolate del loro, pero es que son muchos los loros.
He aquí otro grupo de 'loros', y no pequeño: todo trabajador o trabajadora del régimen general, en activo (he dicho en activo), que tiene la desgracia de enviudar, automáticamente tiene derecho a medicamentos gratis para toda la vida. ¿No sería suficiente con que ese beneficio recayera sólo en los huérfanos, si los hubiere? Sin embargo, no sucede lo mismo con la pobre viuda (o viudo) que tiene un pequeño negocio propio: «No tengo derecho a medicamentos gratis porque soy autónoma/o». ¿Es esto justo? Vamos anda. (Ítem más: conoce uno casos de señoras que se enteraron de la muerte de su ex cuando les llegó a casa la tarjeta en lo que pone «farmacia gratuita», un ex que en algún caso ni siquiera había cotizado cuatro días).
En fin, que a ver cuándo los camastrones de la administración me devuelven la mitad de los diez años que tuve que cotizar el doble, obligatoriamente: al ministerio de Justicia, como médico de Instituciones Penitenciarias, y a la Seguridad Social, como médico de la misma. Según me informan, esos diez años dúplices no me cuentan para nada a la hora de la jubilación, lo cual me parece un atropello. O me devuelven el dinero, o me conceden alguna mejora 'temporal'. De lo contrario, tendré que hacerme anarquista.
Ah, que lo del retraso en la edad de jubilación estaba cantado. El otro día enterramos a mi vecina Demetria con 103 años, y pronto habrá muchas Demetrias, o sea.
Hoy Digital
No me gustaría nada, lo que se dice nada, que mi mujer se quedara viuda excesivamente pronto. Del mismo modo que no me gustaría nada, lo que se dice nada, que sucediera al revés. Pues bien, en el primer caso, a los pocos días de mi entierro, a mi viuda le llegaría a casa una tarjeta de la Seguridad Social, con la que tendría derecho no sólo a la atención sanitaria en el sistema público, sino a la gratuidad de los medicamentos (conozco más de un caso, claro). Sin embargo, en el caso contrario no sucedería lo mismo. ¿Que cómo puede ser eso? Muy sencillo: porque yo pertenezco al régimen de la Seguridad Social y mi santa es de MUFACE, la mutualidad de los funcionarios civiles, y no hay reciprocidad a este respecto. En resumen, que sin comerlo ni beberlo, mi mujer, que ya tiene su seguro médico, comenzaría a ser beneficiaria de otro. Uno entiende que a la viuda le quede la pensión del marido (toda o parte, según), pero ¿a cuento de qué 'regalarle' la asistencia sanitaria pública si ya tiene la suya propia? Alguno dirá que eso es el chocolate del loro, pero es que son muchos los loros.
He aquí otro grupo de 'loros', y no pequeño: todo trabajador o trabajadora del régimen general, en activo (he dicho en activo), que tiene la desgracia de enviudar, automáticamente tiene derecho a medicamentos gratis para toda la vida. ¿No sería suficiente con que ese beneficio recayera sólo en los huérfanos, si los hubiere? Sin embargo, no sucede lo mismo con la pobre viuda (o viudo) que tiene un pequeño negocio propio: «No tengo derecho a medicamentos gratis porque soy autónoma/o». ¿Es esto justo? Vamos anda. (Ítem más: conoce uno casos de señoras que se enteraron de la muerte de su ex cuando les llegó a casa la tarjeta en lo que pone «farmacia gratuita», un ex que en algún caso ni siquiera había cotizado cuatro días).
En fin, que a ver cuándo los camastrones de la administración me devuelven la mitad de los diez años que tuve que cotizar el doble, obligatoriamente: al ministerio de Justicia, como médico de Instituciones Penitenciarias, y a la Seguridad Social, como médico de la misma. Según me informan, esos diez años dúplices no me cuentan para nada a la hora de la jubilación, lo cual me parece un atropello. O me devuelven el dinero, o me conceden alguna mejora 'temporal'. De lo contrario, tendré que hacerme anarquista.
Ah, que lo del retraso en la edad de jubilación estaba cantado. El otro día enterramos a mi vecina Demetria con 103 años, y pronto habrá muchas Demetrias, o sea.
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ANÁLISIS: La ley establece penas de hasta 40 años
Sí. Siempre que el reo se encuentre en tercer grado, ya propuesta de Instituciones Penitenciarias, previo Informe de la Fiscalía, el juez de vigilancia ...
Sí. Siempre que el reo se encuentre en tercer grado, ya propuesta de Instituciones Penitenciarias, previo Informe de la Fiscalía, el juez de vigilancia ...
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